VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS
Domingo, 10 Mayo 2020
La Virgen de los Desamparados es la patrona de València y su fiesta se celebra el segundo domingo de mayo. El cambio de lugares de culto de las fiestas marianas, el intento de no eclipsar a los cultos franciscanos y jesuíticos a la Purísima y el avance de la devoción a la Virgen de los Desamparados, Inocentes y Locos provocó en el siglo XVIII un oficio propio para otorgar a la Virgen el título de Madre de los Desamparados, celebrada litúrgicamente el sábado anterior al segundo domingo de mayo.
La festividad de la popularmente conocida como “Geperudeta” comienza con el imprescindible tapiz floral, en el que suelen utilizar aproximadamente 200 kilos de pétalos de flor, alelíes y pimpinela. El viernes tiene lugar el canto coral de las vísperas pontificales en la basílica. El sábado se celebran, conmemorando la coronación pontificia de la Sagrada Imagen, la del patronazgo regional y la que ofrece la Corte de María a su Patrona, tres misas mayores. Se comienza a instalar el tapiz y mientras concluye la colocación, en el interior de la Basílica de la Virgen se celebran las Vísperas, presididas por el arzobispo, así como el canto de la Escolanía de la Virgen a las cinco de la tarde. Tres horas más tarde se entonan la sabatina y la solemne Salve.
Desde el año 1975 diversos grupos bailan “les danses” en honor a la patrona, una manifestación folklórica que ha ido en augmento con los años hasta extenderse a lo largo de varias jornadas en los días previos a la celebración.
La plaza de la Virgen es un río de gente por la noche en la víspera de la festividad, mientras la gente espera ansiosa el momento de la “Missa de Descoberta”, a las cinco de la madrugada, para poder entrar al templo y aclamar a su Patrona. La imagen Peregrina está encerrada en la sacristía hasta la hora del Traslado a las diez de la mañana. Antes, sale el clero en procesión y la música que ponen el conservatorio, la Coral infantil Juan Bautista Gomes y el Coro de los Niños, que acompaña el momento. Tras la proclamación en la “Missa d’Infants”, la fallera mayor infantil, con su corte, deposita flores en el altar. Cuando llega el momento, el pueblo lleva en volandas a su Virgen hasta la Catedral para la Misa Pontificial. Distancia corta de procesión de traslado, pero que se alarga en duración por la cantidad de devotos que acuden a participar.
A las siete de la tarde comienza la procesión general, ya más protocolaria y ordenada, bajo una lluvia de pétalos que adorna un itinerario que no ha variado en quinientos años. Mención especial en esta festividad merece el Gremi de Campaners, que realiza una ardua labor volteando las campanas del Micalet durante los distintos actos de la celebración.
Las misas gremiales reproducen la devoción a la Virgen de los Desamparados durante todo el mes de mayo. No concluirá, pues, la fiesta ese día. Además, distintas jornadas en honor a la Virgen sirven como continuación: desde la fiesta de las floristas, adornando el templo a mitad de semana, el pasacalles con las tunas universitarias, o un besamanos multitudinario el segundo miércoles tras la fiesta, organizado por la Hermandad de Seguidores de la Virgen.